El problema no son los asesores tecnológicos, sino los asesores tecnológicos EQUIVOCADOS

El equipo revisa los datos

Por Glen Lewis

Cuando las empresas se embarcan en una transformación digital, a menudo necesitan recurrir a consultores tecnológicos. Elegir al consultor tecnológico adecuado es el primer paso del camino, y posiblemente el más importante.

En el artículo de Harvard Business Review del 13 de marzo "La transformación digital no tiene que ver con la tecnología", los autores esbozaron "Cinco lecciones clave" que les ayudaron a dirigir tus organizaciones a través de transformaciones digitales exitosas. Lección nº 2:

Mujer de negocios inteligente compartiendo tus ideas con su equipo durante una reunión. Grupo de profesionales del diseño creativo discutiendo mientras trabajan en un nuevo proyecto.

Yo diría que utilizar consultores tecnológicos no es una mala idea, pero sí lo es utilizar los consultores EQUIVOCADOS. De hecho, recurrir a un consultor tecnológico tiene claras ventajas.

Después de 12 años trabajando con consultores de gestión del cambio que se asocian con clientes nacionales e internacionales, los buenos consultores que he visto mantienen una verdad sagrada en tus compromisos: tus clientes tienen culturas únicas, con problemas únicos, y requieren soluciones adaptadas a tus necesidades únicas. Aunque estos consultores harán referencia a experiencias pasadas análogas, es para ayudar a animar a los clientes a compartir detalles (Harvey, 2018) asegurándoles que no son los únicos que sufren problemas similares (Adamson, 2011). Hasta ahí llega la mentalidad de "talla única" con los buenos consultores. Los buenos consultores, a través de la participación constante de "iniciados", actualizan posteriormente esas analogías iniciales a medida que llegan a comprender y apreciar la cultura, la gobernanza, la preparación para el cambio, etc. de su cliente. Esto produce una nueva visión única del cliente, tus carencias y las posibles soluciones. Por último, si los buenos consultores recomiendan a tus clientes que tengan en cuenta una práctica óptima, debe servir sólo como punto de partida, porque esas prácticas deben evolucionar hacia una solución que satisfaga las necesidades únicas del cliente.

Los consultores tecnológicos también aportan importantes beneficios que a menudo se pasan por alto en la gestión del cambio, como permitir a los clientes seguir dirigiendo/operando tus negocios sin el lastre de tener que gestionar una iniciativa de cambio empresarial. Por ejemplo, un proveedor regional de diálisis cambió recientemente tus sistemas de historia clínica electrónica (HCE). Aunque el director de sistemas de información destacó que ya había participado en transiciones de HCE, él, junto con su PMO o TI, no tenía la experiencia necesaria para gestionar una tarea de tal envergadura. Como solución, contrataron a una consultora que se asoció con los principales "iniciados" de la organización para crear y gestionar lo siguiente: (1) los calendarios, (2) los planes de comunicación del cambio, (3) el plan de formación sobre la transición a la HCE para casi 1.000 empleados dispersos en 2.000 kilómetros cuadrados.

Esto permitió al personal del proveedor de diálisis seguir centrado en el funcionamiento de tus más de 15 clínicas. Su departamento de formación pudo seguir centrándose en atender a los empleados actuales y nuevos, cumplir la normativa federal y su PMO pudo seguir ejecutando los proyectos de RRHH y logística ya en marcha. Por último, el departamento de asuntos públicos podría seguir centrándose en la comunicación con la comunidad.

La cuestión no es el uso de consultores tecnológicos para facilitar la transformación digital, sino el uso de los consultores tecnológicos EQUIVOCADOS para facilitar la transformación digital. Los buenos consultores establecen alianzas con tus clientes, trabajando con ellos para diseñar e implementar soluciones, al tiempo que absorben las cargas que permiten a los "iniciados" seguir centrándose en la gestión/operación diaria de tus negocios.

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